Por eso es que es importante saber cuáles son las amenazas que pueden propagarse a través de estas redes inalámbricas, tanto públicas como privadas, como así también qué tipo de precauciones hay que tener en cuenta en el momento de conectarnos.
Una de las compañías de seguridad de la información que trabajó en este tema es Eset. La empresa confirmó que entre las distintas amenazas que pueden causarnos un dolor de cabeza con este tipo de conexiones están las redes gemelas. Esto significa que nos intercepten los datos a través de la configuración de una red falsa que simule ser una conexión Wi-Fi segura.
También está el Sniffing, que es la utilización de un software o hardware que permita al delincuente robar el tráfico de una red real y, además, la fuga de información que permite al delincuente conseguir los datos confidenciales, como por ejemplo los números y claves de cuentas bancarias, mediante la modificación del tráfico de la red.
¿Qué hay que hacer cuando estamos en una conexión Wi-Fi? Obviamente tener mucho cuidado con los nombres de las redes y las claves. Cuando se entra a la red gratuita chequear que sea el nombre correcto y que no haya una mínima diferencia de cómo tendría que ser el nombre original. Por supuesto que esto también va para las privadas, pero aquí ya es necesaria la contraseña.
También hay que estar seguros de realizar el envío de datos mediante conexiones de protocolo seguro como https. En el caso de utilizar una red privada virtual (VPN, por Virtual Private Network), la información va a circular en forma cifrada por lo que el delincuente no tendrá acceso.
Y por supuesto, buscar un software de seguridad que ofrezca, además de las herramientas habituales, una protección para las conexiones inalámbricas fuera del hogar, es decir para este tipo de conexiones, las que se incluyen en muchos programas (ya iremos viendo algunos en particular) para que estemos más seguros en el momento de conectarnos a través de estos puntos de acceso.
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